miércoles, 18 de julio de 2018

Vacío cuerpo

Un demonio amarillo de ojos negros 
se esconde cada mañana 
en un rincón de mi habitación.

Esperando a que llegue su noche 
para hablarme en cortos y 
aterradores susurros.

Mentiras balbucea su boca,
mentiras que inundan mi corazón
y lo envenena desde dentro.

Cada noche mis oídos escuchan 
su voz, una voz que invade mis 
recuerdos de cruel forma y a la vez
sutil y tierna.

Un diablo amarillo de ojos negros
lentamente me está arrancando el alma,
con una malévola sonrisa, introduce 
su mano en mi pecho.  

Mi garganta estalló, soportando un 
dolor agonizante cuanto menos,
mis ojos inundados de agua salada
se cerraron con fuerza.

Mis pulmones dejaron de funcionar,
mi corazón dejó de latir y el demonio 
amarillo de ojos negros me llevó 
arrastrando mi vacío cuerpo.

Ahora rodeada de mil demonios 
amarillos de ojos negros, 
vagando por las dunas de este valle
inhóspito, donde la muerte grita, 
—¡silencio! —y el silencio arrastra
el hedor de la muerte.

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