miércoles, 11 de julio de 2018

Mi pecho

Me gustan lo amores
antiguos, de los que se
plasmaron en cartas largas
escritas a mano.

Me gusta la espera que suponía
la respuesta de tres días los
cuales pareciese una
larga eternidad pero que 
aun así merecían la pena.

Me gustan los buenos modales
de los — disculpe señorita—
de esos modales que se
esfumaron tristemente
con el paso los años.

Me gustan las miradas
largas, de las que te quedas
prendada hipnotizada
de almas y latidos poco
comunes pero igual de
intensos como un amor
de verano.

Me gusta estar segura de mi
misma aunque al día siguiente
parezca una loca y dude de
mi propia jodida existencia.

Me gusta la música que entra
y se queda en mi recuerdos
como si de un eterno beso
se tratase, como si acariciasen
mi cuerpo durante tres minutos.

Me gusta un buen poema
de los que se tatúan en la
piel, de los que los que se te
quedan grabados en la retina,
de los que serías capaz de
memorizar solo para susurrarle
palabra por palabra a ese alguien
que te hace sentir especial.

Me gusta esa sensación, esa
ausencia de que aunque faltes
en el lado derecho de mi cama,
nunca dejaras de latir en el lado
izquierdo de mi pecho.

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