Tierra que tragas sin estar humedecida,
es polvo acumulado en tus entrañas;
tan tristes las palabras rotas que
emergen de tu mente sin mencionarlas;
habitan en tu piel como cicatrices pulidas
que gritan mientras duermes.
Al acecho de las tormentas
habitadas en mi recuerdos
dulces y empalagosas,
sonoras cuales quieran gritar
en ausencia de mi presencia,
tintineante la campana
suena y resuena en una
habitación de espuma de mar.
De marfil se volvieron mis lágrimas,
pálida la mirada entorpece el paso de
cemento mojado, verde y agrietado
que mi pies alberga; secas mis venas
al alza del bosque inhabitado,
solitario entre la maleza roja sin alimentar.
es polvo acumulado en tus entrañas;
tan tristes las palabras rotas que
emergen de tu mente sin mencionarlas;
habitan en tu piel como cicatrices pulidas
que gritan mientras duermes.
Al acecho de las tormentas
habitadas en mi recuerdos
dulces y empalagosas,
sonoras cuales quieran gritar
en ausencia de mi presencia,
tintineante la campana
suena y resuena en una
habitación de espuma de mar.
De marfil se volvieron mis lágrimas,
pálida la mirada entorpece el paso de
cemento mojado, verde y agrietado
que mi pies alberga; secas mis venas
al alza del bosque inhabitado,
solitario entre la maleza roja sin alimentar.
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