domingo, 30 de septiembre de 2018

Linea recta

Enamorada, enamorada de la vida y
de la muerte, de la oscuridad del día
y de la luz de su fría noche.

Enamorada, enamorada de las grietas que
mi corazón posee, enamorada del dolor,
enamorada del fuego que un día quemó.

Enamorada, enamorada de las lágrimas
que derraman mis ojos y mi alma al
compás de una sola puta canción.

Enamorada, enamorada de la muerte
y del calor de su aliento que recorre
mi cuello, mi espalda y que sin
embargo repara mis alas sin
pedir nada a cambio.

Enamorada, enamorada del tiempo,
ese mismo tiempo que se me escapa
por cada puesta de sol y cada salida
de las estrellas, que con mis alas
me permito acariciarlas con la punta de
mis dedos.

Enamorada, enamorada del odio
con el que me transmitías cada palabra
y que me enviabas con el olvido.

Enamorada, enamorada de las palabras
en verso, en prosa, escritas a mano,
de las que no evolucionan entre años
si no entre personas.

Enamorada, enamorada de la vida
y de cada tormenta que me envía,
de cada rosa que se marchita a finales
de verano.

Enamorada, enamorada del silencio que
me provocan tus caricias, enamorada
del vacío que me dejaste tras tu marcha.

Amando y odiando, por que no puedo
amar sin odiar y odiar sin haber amado.

Enamorada, de la muerte, de su tierna
mirada, pero no puedo amar a la muerte
sin hacerlo con la vida y odiarlas por igual,
porque la vida es una línea que sube y baja
y la muerte… la muerte es una línea recta
que no tiene final.

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