miércoles, 29 de agosto de 2018

Existencia

Qué silencio tan frío y hermoso
vuelve a recorrer mi criterio…
qué vacío está mi cuerpo
de emociones que se evaporan
sin más remedio.

Vuelve la paz que tanto deseaba
que tanto he añorado en los días
de las más magnánimas tormentas,
vuelve esa paz, ahora en el lado
izquierdo de mi pecho.

No hay dolor, solo las cicatrices
que tus palabras que dejaron en
mi piel, sin embargo tu mirada
sigue perdida en un bosque
donde todo es cordura…

Verme derramar lágrimas era
tu pasatiempo favorito, te pasabas
horas susurrándome, mientras me
oías gritar desde dentro.

Nunca terminabas tus frases
hasta que no decias:
—Eres mi mujer defectuosa.
mientras cerrabas tu mano
con fuerza sujetando mi cuello…

Ahora solo eres el mayor
recuerdo que quisiera olvidar,
olvidar cada palabra, cada signo
de dolor que me grabaste cada
día de tu putrefacta y mera existencia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario